ARRIBA EL TERCER MUNDO o la historia del marroquí, el senegalés y el pinche mexicano

Chale, pues como no tenía nada que hacer, me salí a dar la vuelta. La ciudad no tiene madre y las viejas están estúpidas. Yo pensé que Buenos Aires tenía viejas, pero se queda pendejo comparado con esto. Bendito sea el verano y los 35 grados centígrados.

Bueno, al grano. Como yo andaba malvibrado porque mi maleta no llegó, pues entré a un bar, de nombre El Gañán. A huevo. No había ni una foto de chol, pero ni pedo, era El Gañán. Yo no sé porqué entré ahí, pero desde el nombrecito debí haber sabido que todo iba a salir mal.

El mismísimo bar.

Pues ahí ando pendejeando y pidiendo cervezas y la verga y hay unas pandrosas alado de mí, borracheando y una llorando y la chingada. Todo en orden. Volteo a mi derecha y hay un don tragando huevos hervidos con anchoas fritas y un wiskazo con coca. Chale, ese wey si le sabe a eso del buen gusto y sabor.

De repente, abren la puerta y entran tres cabrones. Uno, de nombre Paquito, españolete de cagada, como de 60 años, mamadísimamente doblado de pedo y tooooooooooooooooooooooodo meado. Un wey que quién sabe quién era, pero decía que era etarra. Yo digo que era pendejo. Y entra mi cuate, que no me acuerdo de su nombre, marroquí de nacimiento, cocinero de oficio y lacra de profesión.

Pues ya la peda y sí Marruecos y el hashish y la peda y la chingada. Pues derepente entra un pinche negro, decía que era primo de beto y willy, pero yo digo que se los tragó. Pinche cabrón de 2 metros de altura, más mamado que Rambo y más pedo que Sinatra cabrón. El wey pide una cerveza, se la toma y no paga. Para remediar el problema de la falta de varo, pues se la arma de pedo al dueño del bar que tenía como 90 años y a su hijo que tenía como 100. Pues que los rucos no se dejan y le hablan a la policía.

Chale, primera noche y al tanque. Llegan seis weyes mamones y una vieja bien bien guapísima de la cara. Obviamente, me le quedé viendo a la Srta. Ley y ella na'mas me veía con cara de "Jodeputa este jolindelculo está retrasado o mamado". Pues la gresca seguía con el pinche negro: no que la verga, no tu que yo, no que soy español pero mis papeles se me perdieron y rrrrrrrrrrraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajale el macanazo en la nuca. No pues casi me cago. Creo que Paquito se volvió a mear, pero eso fue de pedo, no del susto.

Pues ahí viene el interrogatorio. Ud, que hace en España. Mi respuesta, un categórico y bien decidido "Ya valió verga". "¿Qué?" pregunta la autoridad y que le respondo: "Nada, chupando". jejejejeje que cara puso, me hubiera gustado grabarla. Y que el marroquí dice que yo era su amigo y que yo lo conocía y que el era legal y que la chingada. Y con el pinche gusto en la sonrisa que le digo "estás pendejo" y se lo lleva la pinche migra. A la chingada, a su país.

Pues los policías como son a toda madre, dijeron, pues 1, 2, 3 cabrón, los deportamos a todos. Noooooo fue un pedote explicar que yo venía a estudiar y me encontré un bar y como soy de Toluca, pues me gusta el pisto. Lo más chingón fue explicar como mis únicas pertenencias eran una mochila con una cámara, un pasaporte y un Pulparindo. A huevo, mis maleta perdida y yo aquí armando desmadres.